La vid es una planta semileñosa y trepadora. A pesar de la creencia de que es una planta rústica y que puede adaptarse al cualquier terreno, la experiencia y la investigación nos demuestra que la vid tiene preferencias y que se desarrolla mejor en suelos con unas características concretas, como por ejemplo un pH medio en torno al 6,5, ya que uno inferior podría reducir enormemente su rendimiento y calidad.
Para una correcta fertilización, más rentable y eficiente, hay que tener en cuenta los principales nutrientes. Los macronutrientes son los que la viña necesita en mayor cantidades, pero no hay que despreciar los micronutrientes ya que son esenciales para un correcto desarrollo fisiológico.
Algunos de los más importantes en la vid son el hierro, el boro y el manganeso.